Al menos en las tres últimas
décadas y para enfrentar los nuevos desafíos del desarrollo social, el sistema
educativo estuvo sujeto a sucesivas y cambiantes propuestas de reforma que,
paradójicamente, han fortalecido su rigidez y su inmovilismo.
Por esta razón, en ciertos
sectores políticos y sociales existe un fuerte escepticismo acerca de las
posibilidades de modificar el funcionamiento del sistema educativo. Una rápida
ojeada a la historia de las últimas décadas permitiría sostener que en
educación ya ha sido intentado todo y que, sin embargo, los resultados son
escasos. Este escepticismo es particularmente visible con respecto a las
posibilidades de cambio desde dentro del sistema y promovido por sus propios
actores. Los docentes y el resto del personal de la educación tienden a ser
percibidos cada vez más intensamente como parte del problema y no como parte de
la solución. Las explicaciones de este fenómeno son varias y bien conocidas:
cambios permanentes decididos sin consulta y sin evaluación de resultados, desprofesionalización
del personal acentuada en la última década, particularmente en los países en
desarrollo por la disminución de los salarios como producto de políticas de
ajuste y fortalecimiento de los comportamientos corporativos.
En consecuencia, uno de los
primeros obstáculos de todo proceso de reforma educativa es la necesidad de
superar el escepticismo acerca de las posibilidades de modificar el
funcionamiento de las administraciones educativas. Estrategias de cambio
radical provenientes del exterior provocan la resistencia de los actores
internos. Estrategias basadas exclusivamente en la capacidad interna para auto
transformarse son muy lentas y generalmente terminan cediendo a las presiones
por satisfacer las demandas corporativas.Por esta razón, actualmente existe una
tendencia a colocar la prioridad del cambio educativo en el aspecto
institucional. El objetivo consiste en abrir las instituciones a los
requerimientos de la sociedad e introducir factores de dinamismo en los
mecanismos internos de gestión educacional. En síntesis, una gestión donde
exista mayor capacidad de reacción frente a las demandas y a los resultado
La escasez de recursos
financieros ha sido uno de los argumentos más recurrentes para explicar los
bajos resultados de la acción educativa. No cabe duda alguna que los recursos
destinados a educación, en la mayoría de los países, son escasos y, además, han
estado sujetos a variaciones constantes producto ya sea de la inestabilidad
política o de la inflación. Sin embargo, la comparación internacional indica
que en casosdonde los recursos financieros han existido, los resultados
educativos fueron igualmente insatisfactorios.
Actualmente hablar de sociedades contemporáneas es hablar de una serie
de situaciones problemáticas ocasionadas por el desarrollo de la ciencia y la
tecnología, la cual en su afán de satisfacer las necesidades demandadas por las
industrias y las grandes ciudades, han sobreexplotando los recursos que nos
proporciona la naturaleza, aunado a estas formas desmedidas de consumo sumamos
la contaminación ambiental ocasionada generalmente por los modos actuales de
producción industrial, y la falta de conciencia de los ciudadanos que habitamos
en las grandes ciudades alrededor del planeta.
De igual manera estos grandes avances científicos traen consigo nuevos conflictos sociales, entre los que se encuentran desde en crecimiento exponencial de la violencia, hasta la apropiación privada e incluso la monopolización de los conocimientos excluyendo a los pueblos indígenas y las comunidades rurales de la posibilidad de aprovechar y desarrollar estos conocimientos adecuándolos a sus formas de vida, necesidades y problemas.
Por ello es necesario valorar la diversidad cultural de nuestro país así como la necesidad de respetar y fortalecer a cada una de las culturas, para que la toma de decisiones y las acciones se realicen mediante la participación efectiva de los representantes legítimos de todos los grupos sociales involucrados y afectados directamente.
El desarrollo de una sociedad del conocimiento debe lograr que prevalezcan en el paíscondiciones de justicia social, pluralidad y democracia participativa, una sociedad que contenga los mecanismos necesarios para que todos los miembros satisfagan al menos sus necesidades básicas y desarrollen sus capacidades y planes de vida de acuerdo con su cultura específica.
En definitiva una sociedad del conocimiento, justa, democrática y plural, es aquella donde sus miembros tienen la capacidad de apropiarse de los conocimientos disponibles y generados en cualquier parte, y de aprovecharlos para comprender y resolver mejor sus problemas. En este tipo de sociedades los desarrollos científicos, humanísticos y tecnológicos son claves para la generación de riquezas pues se ponen al servicio de la sociedad, dotando a cada país de capacidades de respuesta para la solución de sus problemas concretos.
De igual manera estos grandes avances científicos traen consigo nuevos conflictos sociales, entre los que se encuentran desde en crecimiento exponencial de la violencia, hasta la apropiación privada e incluso la monopolización de los conocimientos excluyendo a los pueblos indígenas y las comunidades rurales de la posibilidad de aprovechar y desarrollar estos conocimientos adecuándolos a sus formas de vida, necesidades y problemas.
Por ello es necesario valorar la diversidad cultural de nuestro país así como la necesidad de respetar y fortalecer a cada una de las culturas, para que la toma de decisiones y las acciones se realicen mediante la participación efectiva de los representantes legítimos de todos los grupos sociales involucrados y afectados directamente.
El desarrollo de una sociedad del conocimiento debe lograr que prevalezcan en el paíscondiciones de justicia social, pluralidad y democracia participativa, una sociedad que contenga los mecanismos necesarios para que todos los miembros satisfagan al menos sus necesidades básicas y desarrollen sus capacidades y planes de vida de acuerdo con su cultura específica.
En definitiva una sociedad del conocimiento, justa, democrática y plural, es aquella donde sus miembros tienen la capacidad de apropiarse de los conocimientos disponibles y generados en cualquier parte, y de aprovecharlos para comprender y resolver mejor sus problemas. En este tipo de sociedades los desarrollos científicos, humanísticos y tecnológicos son claves para la generación de riquezas pues se ponen al servicio de la sociedad, dotando a cada país de capacidades de respuesta para la solución de sus problemas concretos.
Los seres humanos actuamos conforme a creencias, las cuales para
sostenerlas debemos someterlas a un proceso de justificación. A través del
estudio de las ciencias sociales y humanidades podemos entender no solamente
las acciones llevadas a cabo por los seres humanos, sino también que ocurre
cuando calificamos estas acciones como buenas o malas, también podemos reconocer
que las ciencias y las tecnologías son una parte de la realidadsocial y
consisten en un complejo de actividades, de creencias, de saberes, de valores,
normas, costumbres, instituciones, entre otros.El conocimiento es indispensable
para la vida humana, tanto en lo individual como en lo colectivo, sin embargo
la complejidad que caracteriza a las sociedades contemporáneas es tal que
requerimos de enfoques multi, inter y transdisciplinarios para comprenderlas.